Hacer el amor con mucha energía produce síntomas físicos de gran esfuerzo: el corazón late rápidamente y el torrente sanguíneo se acelera. Hoy en día la ciencia ha comprobado que a mayor frecuencia y satisfacción sexual, menor riesgo de enfermedades físicas y mentales, tanto para el hombre como para la mujer.
Un estudio británico ha comprobado que las personas que tienen varios orgasmos a la semana tienen un menor riesgo de morir en los años siguientes que aquellas personas que lo experimentan menos. Hasta los besos en la boca pueden mejorar tu salud.
Incluso coger la mano a una persona que nos atrae reduce el estrés y la ansiedad.
Menor riesgo de ataques cardíacos. Estudios británicos determinaron que las personas que tienen orgasmos dos o tres veces por semana veían reducido a la mitad su riesgo a morir por enfermedad coronaria.
También tenemos estudios que indican que la infidelidad sexual crea una situación de desventaja: han comprobado que el sexo con una persona “no oficial” aumenta el riesgo cardíaco, posiblemente por el estrés y ansiedad que conlleva.
Control del peso. La actividad sexual quema unas 200 calorías por sesión, más o menos las mismas que una carrera de 15 minutos. Por otra parte, las contracciones del coito y el orgasmo implican a los músculos pélvicos, los muslos, glúteos, brazos, cuello, tórax, … De hecho, tener relaciones sexuales varias veces a la semana reafirma el vientre y las nalgas en la mujer, y mejora la postura.
Tener relaciones sexuales estimula la producción de testosterona, que mejora la masa muscular y previene la osteoporosis.
El contacto físico piel contra piel reduce el estrés y ansiedad y aleja los sentimientos de soledad y abandono.
Protección frente el cáncer. Los hombres jóvenes pueden reducir su riesgo futuro a desarrollar el cáncer de próstata eyaculando más de cinco veces por semana (según los expertos se evitaría la acumulación de carcinógenos en el glande).
Alivio para el dolor: el efecto de la oxitocina logra calmar el dolor y las mujeres pueden tolerar un 110% más de sufrimiento físico.
Potenciar las defensas. Las personas que tienen orgasmos una o dos veces por semana tienen los niveles más altos de inmunoglobulina A (un anticuerpo que ayuda a combatir las infecciones).
Terapia de rejuvenecimiento. Los expertos en envejecimiento han comprobado que, además de ayudar a controlar el peso y aliviar los dolores, la actividad sexual frecuente redunda en un aspecto más joven.
Durante el orgasmo el bombeo de oxígeno a todos los tejidos mejora la circulación y el flujo de nutrientes en la piel.
Podemos concluir que más que una relación sexual con compañía, las personas necesitamos orgasmos para producir oxitocina y otras hormonas relacionadas con el bienestar del cuerpo.
MAITE GARGALLO ALEMANY
PSICÓLOGA-SEXÓLOGA
MAYO 2024