Los niños y las niñas cuentan con una gran curiosidad y flexibilidad mental precisa para aprender con facilidad cosas nuevas. No hay que subestimar nunca el grado de comprensión de un niño. La educación sexual ha de estar presente incluso antes del nacimiento del o la bebé. Es importante no determinar la compra a determinados colores en cuanto se sabe el sexo biológico del niño o niña.
La mejor manera de una buena educación sexual es hacerles formar parte de una relación familiar amorosa y sincera. Si la madre y el padre se expresa sin inhibiciones ni sentimientos de culpa sobre la desnudez y la sexualidad, esta actitud quedará reflejada en los hijos y las hijas.
Los secretos y las historias inventadas sobre la sexualidad confunden e inspiran sentimientos de culpa.
Aprender a considerar el cuerpo como propio, único y válido, que solo se comparte con las personas amadas y de confianza.
El mejor método de enseñanza para ellos y ellas es el directo y sensible. Las expresiones afectivas y sexuales han de tomarse como expresiones naturales y desde una visión positiva.
Algunos consejos para una buena educación sexual:
- Reducir la información incorrecta que puedan tener los jóvenes aclarando dudas. Es importante esclarecer todas las posibles dudas que tengan.
- Aumentar el conocimiento y uso de información correcta. Toda la información que se les dé ha de ser la correcta.
- Clarificar y consolidar valores y actitudes positivas.
- Fortalecer las competencias necesarias para tomar decisiones fundamentadas y la capacidad de actuar en función de ellas.
- Aumentar y mejorar la comunicación con padres, madres y otros adultos de confianza.
- Educar en retardar su inicio especialmente en edades tempranas.
- Fomentar el uso de métodos de protección contra el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual durante el acto sexual.
- Enriquecer el conocimiento y la comprensión.
- Explicar y aclarar sentimientos, valores y actitudes.
- Desarrollar o fortalecer competencias.
MAITE GARGALLO ALEMANY
PSICOLOGA Y SEXÓLOGA